Un espacio diáfano, limpio, ordenado. Se notan manos de expertos en el diseño de la exposición y del surtido. La imagen de marca bien definida.
Entramos a primera hora de la mañana, quizá éramos los primeros clientes del día y, mi mujer busca un modelo concreto que vio semanas atrás en otra sucursal de la cadena.
En ese mismo instante, nada más entrar, un repartidor trae cuatro cajas con una carretilla: – Aquí te traigo el pedido; me dijeron que eran tres cajas y al final han sido cuatro. Mientras, una de las dos dependientas le pregunta a mi mujer: – ¿Estás buscando algo concreto?
– De estos dos modelos quisiera saber si lo hay en mi talla, le respondió.
La dependienta, tras buscar en el almacén, le informó que de uno sí y del otro no. Justamente no había el que más deseaba, a lo que la dependienta, empatizando inmediatamente con ella le dijo: -Claro, es que ese es más bonito y se ha vendido muy bien.
Ni corta ni perezosa cogió el packing list del pedido que acababa de llegar y tras repasarlo abrió un par de cajas para comprobar que el zapato de esa talla no había llegado. El paso siguiente fue comprobar informáticamente si había disponibilidad del zapato. Sí la había.
-El lunes los tienes aquí, informó la chica. (Era viernes)
-No somos de aquí, pero el jueves que viene puedo pasar. Le informó mi mujer.
Rápidamente la dependienta le dio más opciones.
-Puedo investigar rápidamente si lo hay en alguna otra tienda de la zona…¡Mira!, en la del centro comercial tal, sí que lo hay. ¿Quieres que llame para que te lo reserven? Te guardamos el pedido un máximo de tres días, sólo has de decirme tu nombre.
Fue magia para mis oídos; una gestión de manual.¿Difícil?Juzguen ustedes mismos.
Esa misma mañana, recogimos el ansiado modelo antes de llegar a casa. En esta ocasión, esta otra tienda tenía mucho ambiente; la caja funcionaba con una cadencia envidiable y se notaba cierta tensión controlada en las dependientas. Transmitían que les gustaba. Sólo eran dos y se coordinaban entre ellas perfectamente. Una de ellas tras atender a una clienta se acercó a la caja de cobro y le preguntó a su compañera: ¿Qué puedo hacer por aquí? ¿Están ustedes atendidos?.
Sin duda alguna es un ejemplo de buen hacer en la que todos los componentes de la organización están implicados. Un ejemplo de cómo se han de hacer las cosas para conseguir ya no sólo la venta, sino la fidelización del cliente. Para transmitir todo este buen hacer no hace falta, necesariamente, tener una gran experiencia en zapaterías. Símplemente hay que tener los conceptos claros y transmitirlos adecuadamente.
Esa misma mañana, que fue día de compras, en el mismo establecimiento en el que basé el primero de mis artículos «Mi visita a una conocida cadena nacional de perfumerías», viví una situación cuanto menos, vergonzosa.
Una clienta, atraída por una de las promociones expuestas en el escaparate, entró en el establecimiento para preguntar sobre la misma. A nosotros nos estaban cobrando.
La chica de la caja le explicó la promoción muy adecuadamente, cuando de pronto, una compañera la corrigió. Sin previo aviso, se enzarzaron en una discusión sobre cómo funcionaba la promoción en la que ambas y ninguna, tenía razón.
La clienta, atónita, al igual que nosotros, decidió sencillamente abandonar el establecimiento ante tanta indecisión.
Esto fue la guinda de un pastel que comenzó durante la visita; un dependiente protestaba a viva voz con otra compañera sobre la «tontería» de abrir esa tarde, ya que cuando llega la época de la Romería del Rocío la población en la capital disminuye sensiblemente.
Mientras conducía a casa, reflexionaba por las experiencias de compra de esa mañana. Me pregunté si la misma persona que entrenó y formó a las dependientas de la zapaterías lo haría igual de bien en la cadena de perfumería, o si por el contrario, por no pertenecer al sector no lo haría bien…
Aquí los que diseñan los perfiles de los candidatos tendrían mucho que decir, y los que se encargan de la formación, más. A veces, en la selección se dan por hecho situaciones que nada tienen que ver con el desempeño del puesto, es decir: con la realidad. No lo digo por la selección dependientes, sino por la selección de los mandos.
En retail y distribución visto y comprobado que la experiencia previa en los diversos sectores (textil, alimentación, bazar…) no es garantía de que lo básico se cumpla. La correcta atención al cliente, el aprovisionamiento, la limpieza, el orden, las ganas de trabajar y el sentido comercial es la base para vender lo que se quiera en un punto de venta. Todos conocemos ejemplos de profesionales, a todos los niveles, que han saltado de uno a otro, con el mismo éxito del que no lo ha hecho y a veces, incluso más.
Me pregunté si las empleadas de las zapaterías lo harían igual de bien en la perfumería y viceversa.
Seguramente las chicas de las zapaterías lo harían igual de bien, y en el caso contrario también terminarían haciéndolo bien. Porque a mi modo de ver se trata de dirigir,formar y controlar adecuadamente.
En el comercio, como en la vida, hay que tener lo básico claro y asumido. Que un dependiente se queje de tener que trabajar, en una provincia que cerró el primer trimestre del año con una tasa de paro del 40% (más de cien mil desempleados para una población que no llega al medio millón), o que sea incapaz de dominar como es debido las promociones vigentes es hiriente, sobre todo cuando se manifiesta delante de sus «jefes», y peor aún, estando tu superior inmediato de cuerpo presente.¿Quién es el responsable en estos casos?
Sería interesante conocer los pormenores y analizar por qué se producen las distintas situaciones. Bien es cierto que hay días buenos y días malos, así como entornos de trabajo hostiles.
Yo sólo me remito a unos hechos situados en el deteriorado contexto que vivimos. No hay nada inventado y muchos de ustedes recordarán situaciones similares a las anteriores.
Posiblemente en la zapatería son conscientes de que están construyendo una catedral y en la perfumería sólo están picando piedra.
Párese a pensar cuando busque un colaborador ¿De verdad es fundamental haber trabajado en su sector para hacer las cosas bien?
¿Qué le importa más? ¿La experiencia en su sector o que sepa hacer trabajar?
Existen muchas frases hechas pero te aporto estas, «Cuando la marca olvida, el trabajador se distrae». «Necesitamos sentido de pertenencia». «A veces la culpa no esta en la cara amable».
Genial la exposicion de la diferencia entre un equipo de trabajo y un grupo. Seguro que en la zapatería la persona responsable se tomaba tiempo para hacer equipo y hacerles ver a los suyos que lo que hacen es importante. En mi experiencia, los esquemas de participación han sido siempre vitales para que la gente «se ponga la camiseta de la empresa» y sientan que sus opiniones e ideas no solo cuentan, sino que además marcan una difencia importante.
¡Gracias por el comentario Juan!
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Hola Jaime, excelente tu articulo…en lo personal, cuando voy a contratar informo y pruebo el apego a 3 valores fundamentales de quienes formaran parte de mi equipo… El respeto (por lo clientes, los compañeros, los procedimientos, las reglas, etc), traducido si lo ves de esa manera en disciplina (trata a los demas como quieras ser tratado). La honestidad, no tomes lo que no es tuyo y siempre di la verdad (es demasiado costosa la supervision como para tener gente no confiable en tu equipo) y por ultimo y no menos importante El Compromiso, traducido en «realiza lo que te corresponde hacer con tu mayor esfuerzo, conviertete en alguien con quien se pueda contar para hacer equipo»…despues de 20 años, me gusta compartir mi secreto…esto no lo supongo cuando platico con todos los integrantes de mi equipo (directa o indirectamente), se los digo, explico y ejemplifico con el diario compartir con ellos…esto se traduce en una sola cosa PASION por lo que hacen!!!..un fuerte abrazo y el mayor de los exitos..
Luis nos regala un diamante. Muchísimas gracias por compartirlo; es uno de los mayores gestos de un auténtico líder.
Compromiso, honestidad y respeto. Tres valores que hay que saber transmitir y enseñar. Algo que no se estudia en ningún sitio y que es fundamental para el negocio. Menudo quebradero de cabeza para algunos…
Con un superior llevando por bandera estos valores, sólo los necios no trabajarían con pasión.
Haré todo lo posible para verle por aquí a menudo.
Gracias
Muy bueno el articulo, yo pienso que conocer bien el articulo que vendes es importante pero mucho mas importante es ser un buen vendedor, un buen vendedor sin apenas conocer el articulo es capaz de encontrarle las bondades y venderlo la actitud es lo que hace vender, sin embargo alguien que conozca a la perfeccion el articulo puede no saber venderlo.
Gracias por tu aportación. Me alegro que te haya parecido interesante.
Estoy de acuerdo contigo. Pero con tu permiso matizo un poco más.
No el lo mismo vender que despachar. Efectivamente el vendedor vende, y no puede parar. Le pone las pilas.
Recuerdo mi primer trabajo remunerado por cuenta ajena, era en la Volkswagen. Por aquella época, el cliente llegaba y te pedía un Golf. Solo tenías que hacer los papeles. Eso es muy distinto de convencer a un cliente para que se compre un Golf y no un Ford Fiesta, que es más barato.
Como bien sabes, saber identificar estas cualidades entre nuestra gente es fundamental y ahora, más que nunca, imprescindible. Si necesitamos colaboradores busquemos personas que de verdad quieran dedicarse a la venta.
En el gremio hay una máxima que dice que el buen jefe de ventas suele provenir de ser un vendedor mediocre. Por experiencia aún no lo puedo afirmar a los cuatro vientos, aunque sí que lo he podido comprobar en algunas ocasiones. El motivo es que tienen perfiles y aspiraciones diferentes, además de una visión de la empresa en su conjunto que el otro no tiene.
¡Un tema con mucha miga!
Mil gracias por tu aportación.
Dicen que el comercio hay de todo como en botica, lógico la botica es comercio…
El tener de todo no debería permitir tener metido “el enemigo en casa” y digo enemigo porque aquel que en retail, o más general aún, todo aquel que de cara al público, se comporta con desprecio, indolencia o falta de interés hacia su trabajo, es enemigo. Ya que el esfuerzo que la empresa ha hecho para conseguir clientes se pierde, nadie compra ni donde ni a quien se queja de trabajar y menos en la España de hoy.
Claro que en el otro extremo el tener de todo también nos trae calidad. Zapaterías hay muchas, pero muchas cierran y otras se expanden, y se expanden y no se dejan de expandir, el mercado es el mismo, el cliente es el mismo, la razón que las diferencia es simple buen producto, buena política de ventas, buenos empleados, la experiencia de estar ya es distinta y agradable y la de comprar, es todavía mayor.
La diferencia también está en el valor que le demos a los empleados, valor en el doble sentido de ¿qué valor nos aportan? y ¿cuánto nos cuesta su trabajo?
Si te haces las dos preguntas vas bien, si te haces sólo la última, un consejo cierra hoy, no esperes a que te cierren mañana, perderás menos dinero.
Las respuestas nos las dan los que tienen éxito, que ganamos más si los formamos bien, el cliente percibirá valor si le facilitan la compra y para nosotros son los ejecutores finales de la venta.
Nunca he comprendido porque no se contrata directamente a quien vemos que le gusta “ese” trabajo, no me digáis “que entonces todas van a decir que su sueño es vender champú de huevo….” hay mil formas de saberlo, sólo tienes que hablar con el candidato, las ganas de hacerlo, su ilusión nos trae gente que aprenderá en la formación, si son jóvenes, agradecerán la oportunidad que muchos de sus amigos no van a tener y si son mayores hoy se van a volcar contigo.
Recuerdo un error que cometí una vez, para una tienda de fotocopias necesitaba un nuevo dependiente y una de las chicas que se presentó me dijo, “para mí, trabajar en Madrid al lado de la calle Orense, esto es como trabajar en un oficina, un triunfo!!! ” me acuerdo perfectamente, muy joven, bajita algo gordita y cara de ilusión, había venido en cercanías casi una hora de viaje, me equivoqué, no la cogimos, cogimos a una señora mayor madre soltera que lo estaba pasando mal, pensando que “Bueno, para hacer fotocopias nos puede valer cualquiera, vamos a ayudarla…” pero no nos funcionó no era el trabajo para esa señora, ni por sueldo ni por su forma de ser. No debimos dejar que la pena decidiera por nosotros.
Puedes contratar a alguien para que repita en tu empresa lo que hizo en el pasado, si en tu empresa hacéis lo mismo que hacia la empresa, que lo mismo tenia tanto futuro que tuvo que cerrar, de la que venía el candidato y puedes buscar algo mucho mejor si visionas a todos tus candidatos en el puesto mientras hablas con ellos, ellos mismo te van a decir quién es el mejor.
Saludos Jaime, y a los que habéis escrito comentarios tan excepcionales como los que hay en este post.
Mariano, excelente tu aportación. Como siempre llena de sentido común y experiencia; como siempre enriquecedora.
Algo en lo que no caen muchos supervisores o gerentes es en hacer ver el trabajo que hay detrás de una tienda. Sí, hay que hacer constar que tras una promoción que se publicita en escaparate durante quince días o, un sistema informático que permite ver la situación de una referencia a tiempo real, hay mucho trabajo de mucha gente, y normalmente con una presión y unas limitaciones de tiempo y dinero.
En el momento que el individuo comprende desde una perspectiva «socialista», que hay que respetar el trabajo de tus compañeros, aunque no los conozcas, te garantizo que la cosa cambia. A veces respetar el trabajo de tus compañeros es prestar atención cuando te explican una promoción, para que se venda más y no tenga la empresa que «amortizar» tu puesto de trabajo…
¡Es así de sencillo y así de duro!
Efectivamente las patas de una empresa son muchas, pero como comentaba Pablo Retana, la orientación al cliente es lo primero. No olvidemos que la empresa está para una cosa principal;ganar dinero satisfaciendo necesidades y «punto pelota». Quien no tenga esto presente, jamás se acercará a la excelencia, y ni mucho menos triunfará.
Me ha gustado particularmente, tu experiencia con la «chica de las fotocopias». Efectivamente una empresa no es una ONG. Tenemos que quedarnos con los que valen para la misión de la empresa. Y si hay varios con el mismo perfil, con el más afín en cuanto a personalidad.
Y esta situación me recuerda algo tan sencillo como que para estar motivado, hay que tener motivos. A veces los motivos están apartados al fin de la empresa, otras es el trabajo mismo.
Sobre motivos para estar motivado, parece ser que Mercadona lo hace especialmente bien con sus empleados y parece que el modelo está empezando a cuajar en el tejido empresarial; se «atreve a pagar» salarios ligeramente por encima de la media e incentivos por resultados. Todo ello unido a un plan de carrera si así lo desea el trabajador y apunta maneras; mi perro corre más y más alegre si sabe que como premio tiene una salchicha y no una pieza de pienso. Esto es totalmente verídico aunque resulte gracioso, pero hace que se comprenda el concepto de forma casi automática.
Por último, respecto al último párrafo de tu aportación, opino que el pasado del candidato es como una estadística; nos da indicios pero no son concluyentes. Fíjate que según dicen, en Estados Unidos, los candidatos que han tenido fracasos son más valorados que otros. Normalmente el haber trabajado en una empresa que ha fracasado no implica que se vaya a fracasar en el futuro, sino todo lo contrario. Saber qué no se ha de hacer nos acerca mucho a lo que hay que hacer.
En lo que a mi respecta no oculto que me he equivocado, como tu haces, sino que lo digo sin tapujos y además lo dejo por escrito. (ver aquí)
No existen personas perfectas ausentes de equivocaciones. Es natural e incluso bueno equivocarse. Lo malo es no reconocerlo.
Mariano, ¡Gracias por tu tiempo!
Por suerte he trabajado en diferentes compañias de Retail, y compartiendo con vosotros todas las reflexiones realizadas, creo que falta quiza una de las variables principales que definen un servicio.
Las condicciones laborales.
He vivido , motivado por la crisis, la bajada de sueldos y las jornadas interminables, esto trajo consigo, la perdida del perosnal mas valido, la entrada de personal no cualificado, y el aumento delos
Manuel,¡qué pena que se haya cortado tu aportación!
Te pido encarecidamente que la completes si lo ves oportuno.
No obstante, hablas de lo fundamental con toda la razón del mundo. Está claro que la inestabilidad económica y empresarial, así como la salarial es motivo para minar hasta la moral más alta. Es como un goteo de agua, que al final erosiona la piedra.
Para campear situaciones así y sobrevivir, la empresa debe estar bien capitaneada por un director general hábil y que además no la pille con el el pie cambiado financieramente. Y por desgracia esto del pie cambiado le ha pasado y le está pasando a más de una y más de dos.
A veces se exige de los directores generales que sean medio brujos y que se anticipen años vista. Observamos que empresas más «conservadoras» en su gestión económica y de inversión están sobrellevando mejor el tema. Otras, más ambiciosas años atrás, están teniendo problemas.
Pero creo que ha llegado el momento de la adaptación. Y quizá la adaptación pase por asumir que lo normal es vender lo que se vende ahora y no lo de hace siete años(¡ojo!, seis o siete, que ya ha pasado tiempo), y por tanto, hacer lo mejor posible a todos los niveles.
Tenemos que valorar con justicia lo que tenemos y reeducarnos para buscar motivadores que nos den vida para seguir, y saber transmitirlo.
No olvidemos que todo lo anterior se alivia con un buen ambiente laboral, y eso aunque no es monetario, también es salario; salario emocional.
¡Gracias por tu aportación!
Hola Jaime.
Lo que ha empezado siendo un simple comentario a tu post en Google + se ha acabado extendiendo lo suficiente como para trasladarlo a tu blog:
«Cada día más convencido de que la orientación al cliente de un vendedor tiene mayor incidencia en la fidelización del cliente que el hecho de que el vendedor sea experto en el producto que vende. También cada vez más convencido de que un mando que sabe orientar hacia el cliente cuando de eso se trata funcionará más eficientemente que uno procedente del sector y que ha podido promocionar pero sin haber aprendido a desarrollar habilidades directivas. Y, por último, muy convencido de que la orientación al cliente del vendedor constituirá la norma no tanto si se lo inculca un mando por su cuenta sino si este lo hace -como cualesquiera otros mandos- a cuenta de una decidida política de orientación al cliente de la empresa, una política de la que tanto mandos como vendedores se sientan partícipes con sus respectivas aportaciones. Sabemos que puede haber buenos vendedores, que puede haber buenos mandos, pero que empresas donde son mayoría los buenos vendedores y los buenos mandos se caracterizan por ser empresas en las que se sigue una dirección y todos tienen claro que el objetivo es enfocarse en ella mediante estrategias muy concretas diseñadas a tal fin.»
Felicidades por el post: de nuevo invitando a la reflexión conjunta.
Pablo.
Pablo, antes que nada agradecerte tu extenso comentario y disculparme por la tardanza a la hora de responder.
Destilas perfectamente las esencias en las que se centra el artículo; la orientación al cliente y la cultura empresarial, como bien apunta Víctor Candel en su comentario.
A tenor de lo que expones, en días pasados compartiste un artículo de Jaime Pereira sobre la realidad de la comunicación en la empresa. Permíteme que también lo comparta aquí pues nos viene como anillo al dedo :
Y puestos a compartir, para ilustrar un poco más sobre el tema, te recomiendo la lectura (si no lo has hecho ya) de este artículo del blog «Manamegent canalla»
Artículo y autor ( Rafael Díaz Cruz) con el que me siento muy identificado, ya no por el tono divertido de escritura que usa, sino por lo directo que es.
Es por tanto, cuestión de alinear en una sola dirección toda la empresa, quizá para eso hagan falta líderes inspiradores.
Pablo, ¡Qué bueno que seguimos en contacto!
Hola Jaime:
Ante todo simplemente espléndido articulo!!!!
Por si no me conoces en mis comentarios te diré que mi «crítica», se hace un poco al favor de los empleados, y mandos intermedios(que son los que yo me conozco, y se como actúan y «trabajan»), en la mayoría de veces cuando se hace una criba para un posible puesto de trabajo, te diré (y corrígeme si me equivoco), que dudo mucho que el directivo-responsable-recursos-humanos-etc- se «digne a leer el currículo del posible candidato(solo en poquísimas ocasiones), siempre en «encarga» de esta criba un segundo (o tercero responsable), y como no…. Amén de._ yo conozco, mi cuñado esta en paro, o mira esta que pedazo de tet….
Muchas veces la persona que ha entrado a trabajar en una empresa, entra y ya esta…. ¿¿enchufes??.. Por supuesto…Luego el que lo paga claro es el cliente,.. después del cliente… la empresa; si el cliente no vuelve ,la empresa pierde dinero…; si «alguien»se hubiera dignado a hacer una entrevista en condiciones a ese candidato(que es el que va a dar la cara por su empresa), a lo mejor se hubieran dado cuenta de si encajaba en el perfil o no.
Por supuesto también recalcare que las formaciones a cargo de la empresa funcionan;..Pero ¿se hacen?.. Ahora mismo muy poco…
También claro esta que el trabajo de atender «bien» depende al 50% del vendedor, si tiene buen carácter, buena presencia, y ganas de vender y atender bien….Pero sinceramente yo creo que esto va con la personalidad de cada uno de nosotros…..
A mí me encanta mi trabajo, me encanta ser vendedora, y trabajar de cara al público…pero hay de todo… y es una lastima, por que te recordare la escena de «Pretty Woman», en la que Richard Gere, entra en una tienda y le dice al vendedor, mímela y háganle la pelota… se lleva un motón de cosas de la tienda, mientras en la tienda que no le habían querido atender, se quedan sin vender nada… y se eso se trata de vender, pero de vender bien….por que al fin y al cabo, gana el establecimiento y el cliente…
Jaime me ha encantado tu relato…
Otro día más..
Un saludo
Cristina
¡Me encanta que te haya encantado!
Hasta donde yo sé, efectivamente; salvo ocasiones contadas, de la selección de personal base se suele encargar el gerente del establecimiento o el responsable de zona.
Se presupone que ambos mandos han de tener la formación adecuada y la experiencia suficiente para hacer esas labores adecuadamente. Aunque el seleccionado sea «enchufado/a» y le apasione o no el trabajo, hay que enseñarle unos mínimos, y controlarlo.
Hay personas que hacen bien su trabajo las pongas en una tienda de ropa como en un despacho de pan, y eso es porque lo básico y fundamental, lo tienen claro.
¡Espero verte por aquí más a menudo!
Buenas tardes Jaime,
A mi me ocurre lo mismo que a ti, deformación profesional, once años trabajando en el sector retail hacen que cuando entras en un comercio estes más pendiente de todo lo que rodea a la tienda que en comprar el producto que quieres llevarte.
Me gustaría aportar mi granito de arena.
Las diferencias que has encontrado entre la atención y orientación al cliente de la zapatería y la perfumeria, se podría resumir en dos palabras «Cultura de empresa». Cuando para una marca la prioridad es realmente la atención al cliente, desde los departamentos de RRHH se pone todo el empeño por seleccionar a candidatos con vocación y orientación al cliente (a pesar del elevado indice de rotación que durante tantos años se ha sufrido en este sector, debido a las jornadas interminables, los bajos salarios…)
Comparto tu opinión en cuanto a la importancia que tiene la formación del personal y contar con un manager que sea un verdadero lider para dirigir al equipo como si de su propia empresa se tratará.
Me ha gustado mucho post.
Un saludo.
Efectivamente, se trata de cultura empresarial. Das una visión interesante del papel de RRHH porque a veces se ven «pillados de pies y manos» dedicados casi en exclusividad a tareas administrativas.
Lo importante es el coste, los resultados…y a veces se olvida el cómo conseguir unos costes óptimos para generar buenos resultados. Todo cuenta.
Como se dice habitualmente, pan para hoy y hambre para mañana.
No obstante tengo la sensación de que todo esto está cambiando.
Muchísimas gracias por tu aportación!!
Un gran artículo y mejor reflexión Jaime, respecto a tu pregunta considero que no es necesario haber trabajado en un sector, si han seleccionado a esta persona es por algo ( efectivamente solo tendría conocimiento o habría trabajado en el negocio) pero seguramente nadie observo que actitud tenía y que valores le movían solo la necesidad de trabajar…….la tenemos todos por principio, pero los hay que disfrutan trabajando ese es el valor a buscar. Hoy existen unos saltos generacionales muy grandes y un salto de valores aún más grandes, puede ser paternalista, pero al igual que nos decía nuestros padres antes de trabajar, no solo es que existen generaciones de personas que no han trabajado, más bien que han trabajado mal y con estímulos erróneos . Ahora volvemos a una época, en la que trabajar es más necesidad que hace unos años y por este motivo lo hacemos, pero sin disfrutar ni pensar como estoy contribuyendo al negocio, al entorno y a las personas que me rodean, sean parte de mi compañía o no….pero sobre todo que puedo aprender, bonito palabro «aprender» cuantos empezamos con solo este valor APRENDER y que hoy parece que se exporta e importa tan poco, incluso más en directivos como dice Juan Carlos. Directivos que sin hacer pedidos, no transmiten, no conocen ni tan siquiera saben del negocio, eso si, son financieros reputados con MBA en High School Musical y hablan arameo y vascuence, cuando lo importante es hablar en personas y para personas que al final son el core de una empresa. Luego aún teniendo como comentas a los profesionales seleccionados adecuados a cada caso, comprometidos y dinámicos , un valor de toda empresa es la incentivación pero no solo dineraria, la moral e intelectual de ser que dirían los filósofos…………usted es parte de esto y solo deseo que disfrute haciendo catedrales. Un saludo de un viejo cantero.
Muchísimas gracias por tu aportación José Manuel.
Es muy interesante la apreciación que haces cuando hablas de haber trabajado mal y con estímulos erróneos.
Precisamente es ahí donde quería hacer hincapié en el artículo, porque es donde más debe investigar el seleccionador cuando hace su trabajo.
Que un chico de veinte o veintiún años se queje de tener que trabajar no es lo importante, lo importante es lo que no hace su responsable.
Por suerte tenemos casos como el que comentaste en otra ocasión, (el de la dependienta entusiasmada con lo que hacía) o como el que comento de las zapaterías que nos afirman que hacerlo mejor, es posible.
Reblogueó esto en aplicanube.
Gracias por difundir el artículo a través de vuestro blog. Sin duda, todo un honor.
Hola Jaime, gracias a tí por compartir un trabajo de tan alto nivel de calidad.
Saludos!
¡Otra reflexión interesante!, Jaime
Un buen profesional debe saber de dos cosas al mismo tiempo: la técnica de su puesto y su negocio. He conocido a altos directivos con grandes conocimientos de gestión de empresa, y pésimos del negocio en el que estaban. Se han estrellado, posiblemente por no tener las ideas claras, no actuar con prudencia y sentido común, o no ser capaces de traducir a la práctica los conceptos abstractos.
Estoy totalmente de acuerdo. Conocer el negocio es fundamental, y normalmente crítico. El problema que estoy detectando es que se prima conocer el negocio frente a la técnica.
Soy de la opinión de que el negocio se aprende aplicando las técnicas durante el trabajo. Si se tienen las ideas claras en todos los sentidos y los pies en el suelo, más pronto que tarde, los resultados llegan.
Gracias por tu aportación!