Hace unos meses comencé a colaborar con el Banco de Alimentos de Huelva.
Soy el más joven de todos los voluntarios, pues lo normal es encontrarse con personas jubiladas que, por diferentes causas, terminan colaborando allí. Aprender de los más sabios de la vida es uno de los motivos que me atraía. Todos tienen algo que enseñar; a veces ni lo saben, y eso para mí, curioso por naturaleza, es maravilloso y fundamental.
Quienes fueron altos cargos, directivos y no tanto, hacen lo que pueden para gestionar que a miles de personas no les falte a diario algo tan necesario como un plato de lentejas, garbanzos o un vaso de leche. Sigue leyendo →
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