Tuve la suerte de tener un supervisor que, cada vez que venía a vernos, me miraba los zapatos y, si los tenía muy limpios, me recriminaba con algo de sorna: ¡Demasiado limpios tienes tú los zapatos!
¿Cómo motivas a un reponedor, cajero, camarero o vendedor, que con los menos de mil euros que cobra no llega a final de mes? Sigue leyendo