En aquel tiempo, estaba en plena fase creativa con la vivienda recién adquirida. Pude desquitarme pensando e ideando los interiores y sobre todo, porque tuve la oportunidad ya no solo de imaginar, sino de hacer.
El «hágalo usted mismo» que predicaban -y predican- los grandes distribuidores de bricolaje se hacía carne en mi. Pero la balanza se inclinó -y se inclina- la mayoría de las veces por los establecimientos locales tradicionales, que iban -y van- en muchos casos mejor de precio, situación ésta que solía ocurrir -y suele- Sigue leyendo
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